viernes, 4 de julio de 2014

¿Por qué tanta falta de confianza en uno mismo?


Un patrón de comportamiento que por desgracia se identifica en muchas personas con las que interactuamos es la competitividad. Pero, ¿de dónde nace la competitividad?, ¿de dónde nace ese afán de ser mejor y que los otros sean peores para sentirnos bien?, ¿de dónde nace esa necesidad que para sentirnos exitosos los otros tengan que ser peores y tener resultados, según nosotros, peores?  

Seguro que te has encontrado en estas situaciones muchas veces en tu vida. ¿Cómo te has sentido?, ¿cómo has reaccionado?, ¿has caído en el mismo patrón y has intentado ser mejor o tener más éxito que otro simplemente para sentirte bien contigo mismo?. ¿Ese sentimiento de sentirte bien contigo mismo ha durado mucho tiempo?, ¿verdad que no? 

Todo lo que hacemos lo tenemos que hacer para nosotros mismos, para sentirnos bien con nosotros mismos y para dar lo mejor de nosotros a los demás (ya sea a través de nuestro trabajo, relaciones, etc.) Si lo hacemos en una suerte de competición versus otros nunca llegaremos a sentirnos bien por qué siempre tendremos a alguien con quien compararnos, y alguien que estará ahí para intentar hacernos creer inferiores.

La competitividad es una muy mala compañera de viaje. Pero, ¿en qué se sustenta?, en la falta de seguridad en uno mismo, en la falta de autoestima. Necesitamos el reconocimiento externo de los demás por qué no somos capaces de valorarnos a nosotros mismos. Y el exterior en muchas ocasiones reacciona con la competitividad por qué se siente atacado, ya que se siente inferior con los logros de otros. Y si entramos en este juego entonces caemos en una especie de bucle que nos adentra en emociones nocivas y de repente nos sentimos mal, pequeños, recelosos de los otros y nuestro nivel de bienestar se ve seriamente comprometido.

Es fundamental trabajar la seguridad con nosotros mismos para ser capaces de trascender la competitividad. Si nos sentimos seguros de nosotros mismos no caemos en estos patrones por qué simplemente no necesitamos el reconocimiento externo (si está pues bien pero si no está no pasa nada), no necesitamos las alabanzas de los demás para sentirnos bien. Eso no hace que no nos encontremos con otras personas con esos patrones, pero simplemente ya no nos afectan. Mientras ellos intentan ser mejores que nosotros y hasta estudiar técnicas para "robarnos" nuestros clientes por ejemplo, nosotros estamos haciendo lo que sentimos sin dejar que nos condicionen, y estamos trabajando para simplemente poder ofrecer nuestros talentos a los demás. Mientras ellos están focalizados en ser mejores que tu, ellos mismos se hacen pequeños al creerse inferiores a ti, y eso les hace caer en un pozo de inseguridad y sufrimiento. No se trata de cómo te vean o el reconocimiento que tengas de los demás, sinó como tú te sientes contigo mismo.

No te dejes arrastrar, tú vales mucho y tienes mucho que ofrecer al mundo. Concéntrate y pon todas tus fuerzas en dar lo mejor de ti, hacer tu trabajo lo mejor que sepas y gestionar tus relaciones mostrándote tal y como eres. Verás que los demás ya no te afectan y no caes en sus mismos patrones limitantes, y además, eres capaz de alegrarte de corazón de sus logros que puedes utilizar como motivadores para continuar avanzando en tu camino. Habrás transformado los logros de los demás en motivadores en tu camino en lugar de comprenderlos como fracasos o ataques.

Émer Roures

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario del blog: