Alguna
vez te ha pasado que has ido a un curso, taller, conferencia, consulta médica,
consulta en terapias alternativas, etc., y ¿te han creado dependencias sin que
te hayas dado cuenta de entrada?
¿Te
han hecho pensar que sin su ayuda o servicios tu vida no puede seguir adelante
armoniosamente?, ¿te han vendido el remedio del charlatán disfrazado de un gran
discurso, valores, beneficios?, ¿se han mostrado ante ti como indispensables
para poder mejorar tu vida?
Creo
que muchos responderéis sí. A casi todos nos ha pasado y en alguna ocasión
y hasta habremos caído en sus "garras" llenas de ambición, egoísmo y
sin un gramo de Amor. Sí, sin un gramo de Amor, por qué des del momento en que
quieren captar tu dinero, en especial, y que les admires como si estuvieran en
un pedestal, aunque ofrezcan un servicio de ayuda a los demás ya sea desde una
terapia holística, un método de autoconocimiento o lo que sea, su intención
final es su éxito. Y entonces un producto-servicio de servicio a los demás se
transforma irremediablemente en un negocio por encima de todo, despojándose de
su sentido elevado de dar lo mejor a los demás. Esas personas aspiran a lo que
pueden obtener de ti, aunque no lo quieran ver o reconocer, en lugar de tener
la intención de dar lo mejor de sí a los demás.
Lo
mires desde dónde lo mires es una pura contradicción. Es una falta de
coherencia e integridad. Y además nosotros somos responsables, en parte (desde
lo que nos concierne), debido a que hemos cedido nuestro poder a
esas personas porque no hemos sido capaces de utilizar nuestra capacidad de
discernimiento. Cada cual que asuma su responsabilidad, claro que sí. Por qué
de lo contrario caemos en el papel de víctima, otra trampa para no avanzar y
quedar atrapados por lo "desgraciados" que somos, la "mala
suerte" que tenemos, etc.
Si
hemos caído en alguna ocasión, no pasa nada, seguro que hemos aprendido de ello
por qué sino aun estaríamos atrapados. Y nuestra responsabilidad hacia nosotros
mismos es aprender de la experiencia y utilizar esa sabiduría para no volver a
caer en lo mismo o algo parecido.
Es
vital para nuestro bienestar, felicidad, autoestima, seguridad en nosotros
mismos que no nos dejemos llevar por los “cantos de sirenas”. Debemos utilizar
el discernimiento para saber si nos conviene o si no, y detectar si esa persona
o personas son coherentes con lo que explican. Y eso se ve muy rápido,
simplemente analizando cuál es su actitud al “bajar del escenario”, cómo se
comportan, etc. No nos quedemos “hipnotizados” por sus palabras, vayamos un
poco más allá y observemos su comportamiento, su manera de actuar.
Un
buen terapeuta, persona, maestro, coach, o lo que sea se distingue de los que
quieren atrapar a sus clientes en que no crea dependencias. No se hace
indispensable para la persona. Apuesta por despertar la Voluntad y el Poder
interior de la personas para que sean capaces de decidir y sentir por ellas
mismas qué es lo que quieren. No les dice lo que tienen o no tienen que hacer,
o lo que deberían querer; evidentemente puede dar pautas si detecta patrones de
comportamiento limitantes y que afectan negativamente a la salud y al bienestar, pero siempre des del respeto y el Amor. Sin forzar, respetando, pero diciendo
lo que se debe decir para el bien superior de la persona que tienen en frente.
Aunque eso pueda representar que la persona no vuelva por que se le muestra una
parte de su personalidad que no está dispuesta a cambiar por qué es más cómodo
seguir con su malestar que optar por un cambio beneficioso. Creo que nunca una
persona, si es íntegra y de verdad quiere lo mejor para sus clientes, debe
ocultar información beneficiosa para su cliente. Aunque eso comporte que el
cliente no vuelva porque no quiere enfrentarse a esa parte de él mismo que está
interfiriendo en su bienestar, y como tu se lo has mostrado y ante ti ya no
tiene escusas pues simplemente no vuelve... Sí, hay mucha gente que quiere que
les soluciones todos sus problemas pero sin poner nada de su parte. Quieren que
saques tu barita mágica, estirarse en la camilla y que al levantarse todo esté
bien sin poner consciencia, ni voluntad y sin comprensión. Pues eso no es
posible, la Sanación y el Equilibrio nace de cada persona, de poner Luz a lo
que interfiere en su bienestar y nunca un tercero lo puede hacer por ti. Te
puede ayudar en el proceso, y mucho, pero nunca sanarte, el que se sana es la
persona en sí.
Así
que a poner en práctica en todo momento nuestra capacidad de discernimiento y
nuestra voluntad para ser capaces de cada día ser un poco más felices, superando
y poniendo Luz en partes de nosotros en dónde no la hay, para cada día ser un poco más íntegros y coherentes con nosotros mismos.
¡Feliz
día!
Émer
Roures
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