Escaparse
de los problemas, ¿realmente es una solución?
Verdad
que nuestra primera respuesta es no. Entonces, ¿por qué en muchas ocasiones lo
hacemos, o queremos hacerlo?, ¿por qué es nuestra reacción automática?, ¿por
qué tendemos a evitar nuestras responsabilidades y cedemos el poder a otro para
que solucione el problema?, ¿a caso es que no sabemos?, o ¿es que no queremos
por qué nos da miedo enfrentarnos a ello?. ¿Te has hecho alguna vez estas
preguntas?, creo que la gran mayoría de las personas sí que nos las hemos hecho.
¿Has encontrado tú la respuesta a ellas?, ¿te has permitido observarte, sentir
lo que haces y discernir de dónde nace?, ¿te has parado a reflexionar sobre tus
reacciones, tus acciones, tus palabras, tus pensamientos y tus emociones ante
situaciones complicadas, desagradables y/o problemas?, ¿te has atrevido a
analizar y comprender tu proceder y has llegado a alguna conclusión que
explique tu comportamiento?, ¿has llegado a la conclusión que muchas veces te
comportas de manera que si te pararas a reflexionar no harías, pero cuando te
das cuenta ya lo has hecho?, ¿te has cuestionado todo esto y te has atrevido a
responderte sin que mirar hacia adentro te de miedo?, y si te da miedo ¿has
sido capaz de ir más allá de tus miedos?
Si
te atreves a ir más allá, a cuestionar tu comportamiento, a reflexionar y
discernir sobre él, llegarás a comprender el por qué de muchos de tus problemas
y sabrás como gestionar eso que hace que te encuentres en tales situaciones y
quedes atrapado en ellas.
El
primer paso es no permitirte huir, aunque sea una huida ficticia, da lo mismo, y enfrentarte
al problema, tomar tu parte de responsabilidad y actuar en consecuencia. Eso te
lleva a reflexionar y discernir sobre ti, y también a ponerte en la “piel” de
los otros implicados. Y finalmente llegarás a una conclusión siempre de la mano
de tu sentir, de lo que nace realmente de ti hacer, decir, sentir y pensar.
Solo si te permites ser fiel a ti mismo comprenderás el por qué del problema,
de dónde ha nacido y harás consciente el origen del mismo, esa parte de tu
personalidad que actuaba desde el inconsciente. Y como la has sacado al
consciente, desde ese momento serás capaz de gestionarla y bloquearla antes de
que pueda interferir en tu vida sin tu consentimiento consciente.
El
secreto, como siempre, es el Autoconocimiento. Cuanto más consciente seas de ti
mismo, cuanto más te conozcas, mejor calidad de vida y mayor nivel de felicidad
tendrás y más saludable estarás. Así que permítete observarte y discernir qué
es lo que nace de ti en cada momento y actúa en consecuencia. ¿Te atrevés?
Émer Roures,
Unitat del Ser
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